Las ventas de SIKA en todo el mundo registraron un aumento un 19,5% hasta los 5.346,7 millones de euros, un crecimiento del 18%. La compañía destaca su fortaleza en una situación marcada por el conflicto militar en Europa, el aumento de los precios de la energía y las materias primas, la alta inflación y la paridad euro-franco suizo.
El aumento del precio de las materias primas se compensó con un alza en los precios de los productos pero también por el apalancamiento operativo derivado de economías de escala y una mayor eficiencia en la gestión.
La región EMEA (Europa, Oriente Medio, áfrica) registró un aumento de las ventas del 12,9 %. Tras dos años de fuerte crecimiento en el negocio de distribución gracias a una mayor actividad de los sectores de rehabilitación y reformas de viviendas, este segmento ha vuelto a su nivel normal.
La región de América, por su parte, registró un crecimiento del 35,8%. SIKA generó una gran parte de este crecimiento a partir de proyectos de infraestructura. La fuerte demanda a lo largo del canal de distribución en América Latina y el auge de los pedidos de comercio electrónico en la región contribuyeron a un resultado sólido.
Thomas Hasler, director ejecutivo de la compañía ha declarado que “las condiciones del mercado también se han vuelto más desafiantes para nosotros. No obstante, hemos podido explotar al máximo las fortalezas de nuestro modelo organizativo y de negocio y generar buenos resultados. Gracias a nuestra amplia diversificación, operamos en varios mercados con diferentes niveles de madurez. Además, nuestras tecnologías innovadoras, sostenibles y de alta calidad han podido compensar en gran medida el aumento en el precio de las materias primas con precios de productos más altos. Los cuellos de botella en el suministro los hemos resuelto a través de nuestra organización global de adquisiciones. Los desafíos actuales permanecerán en la segunda mitad de 2022, pero estoy seguro de que podemos cumplir nuestros objetivos para este año”.