Como todos sabéis, fue un gran amante del mundo del vidrio, al que se dedicó en cuerpo y alma hasta el último momento.
Siendo él muy consciente de su enfermedad, me confesó personalmente que se trataba de una “despedida en vivo”.
Me gustaría ahora agradecer en su nombre las innumerables muestras de cariño que, como contestación a su carta, me consta recibió de todas las personalidades de nuestro sector vidriero.
Es un cariño muy bien ganado, de quien consideraba importante el trabajo en equipo, en colectividad, en asociación.
UNFEAC es una unión, decía una y otra vez, y la unión hace la fuerza.
Sin duda, una figura en la que siempre hemos encontrado la mejor conversación, un buen consejo, sabias advertencias y un cariño paternal nada desdeñable.
Siempre lo recordaremos en nuestro corazón.
Descanse en paz."