Aunque sus orígenes se encuentran en la cerámica, muy pronto el
vidrio se convirtió para Stephen Beardsell en el material idóneo para
plasmar una personal mirada que tiene como tema principal la naturaleza,
más específicamente los idílicos pasajes del nordeste de Inglaterra,
que no cuesta mucho imaginar habitados por druidas y hechiceros en
tiempos remotos.
de este artista, experto conocedor de la zona, bien sea mediante el
soplado del vidrio, pinturas, arenado e incluso en ocasiones combinándose
en piezas pequeñas que realiza empleando la ancestral técnica
de millefiori.mediante esculturas de gran poder cautivador en las que también
está presente a menudo la figura humana en las líneas sinuosas de la
anatomía femenina.