Esta extraordinaria casa de campo en medio del espectacular paisaje de Nuevo México (Estados Unidos de Norteamérica), a aproximadamente 10 km. al sur de Santa Fe, se construyó por encargo del matrimonio Klein, cuya colección de arte contemporáneo incluye obras de James Turrell, Olafur Eliasson, Andy Goldsworthy, Fritz Haeg y Paula Hayes.
La pareja quería crear un lugar para poder vivir entre arte y naturaleza, por lo que la arquitectura debía representar una parte del arte que contiene. Para crear esa deseada relación directa con los alrededores, los arquitectos propusieron construir una fachada estructural totalmente acristalada, sin elementos molestos como pilares, refuerzos o anclajes del vidrio, bajo una cubierta con un gran voladizo protector. El proyecto resultó ser sumamente complicado, especialmente debido al peso de la carga de nieve en la cubierta de acero, ya que en invierno las precipitaciones son considerables. Por esta razón, los propietarios tuvieron que aceptar desde el principio que se necesitaría una mayor inversión en maquetas y análisis de la estructura y una estrecha cooperación con especialistas. Gracias al generoso presupuesto y al espíritu innovador de la pareja, se pudo construir la fachada a pesar de las difíciles condiciones.
El núcleo de la casa está formadao por una serie de muros de hormigón armado paralelos, flanqueados y recubiertos por unos cerramientos de vidrio. Para minimizar el riesgo del proyecto experimental de fachada acristalada, su parte estructural se limita a la habitación orientada hacia el noroeste, con la mejor vista del paisaje. La habitación, de 7’8 x 10’2 metros de superficie limita, por el lado sur, con un muro de hormigón armado y, por el lado este, con una construcción de acero integrada en la chimenea. Los vidrios al oeste y al norte forman una esquina transparente. Los arquitectos, dirigidos por Mark DuBois de Ohlhausen DuBois Architects (New York, USA), realizaron los primeros estudios de un soporte de vidrio en forma de “L” o de cruz porque las cargas en la esquina deberían repartirse uniformemente sobre cada una de las capas que conforman los vidrios y el esfuerzo puntual producido por cargas indeterminadas de la construcción hubiera conllevado un alto riesgo de seguridad.
El vidrio laminado de tres capas seleccionado se compone de una capa central estructural de vidrio de seguridad de 19 mm., protegido lateralmente por dos vidrios de seguridad de 6 mm. de espesor y una lámina de PVB (butiral de polivinilo) de 1’5 mm. Cada elemento mide 1.220 x 3.650 mm. (ancho y alto). Unos perfiles de acero, soportes de plástico y anclajes microajustables corrientes mantienen la fachada embebid en el suelo y el techo, y reparten las cargas uniformemente: dos perfiles en “L” con láminas de neopreno a ambos lados sostienen el vidrio con precisión en la parte superior e inferior; la arandela superior reparte las cargas y el muelle se ocupa del ajuste de la altura, que también se puede corregir y rectificar.
En la estructura de la cubierta, una viga metálica transversal sobre la fachada de vidrio simplifica el enmarcado del cerramiento y los detalles de unión de los vidrios. Por otra parte, el voladizo de la cubierta reduce la torsión de la viga. Otros estudios han demostrado que el peso de la cubierta es suficiente para impedir su levantamiento, por lo que las uniones sólo soportan presión y podrían fallar muy fácilmente. Sin embargo, los ingenieros tuvieron que asegurar que la superficie de la cubierta fuera suficientemente resistente para poder soportar todas las cargas laterales que no pueden transmitirse a la fachada de vidrio. Se hicieron las pruebas necesarias en una maqueta de vidrio a escala 1:1 y a una serie de maquetas más pequeñas. Además, la maqueta de mayores dimensiones se sometió a una serie de presiones crecientes en el eje al mismo tiempo en que se aplicaban cargas laterales para simular las cargas producidas por el viento. Por supuesto, los arquitectos también consideraron la posibilidad de usar vidrio con cámara de aire (doble acristalamiento), pero los separadores y las siliconas hubiesen producido líneas negras en las zonas laterales. Además, los propietarios de la casa tampoco quisieron aceptar este compromiso estético: la absoluta claridad y transparencia de la envolvente de vidrio constituyó el requisito de diseño más importante, desde el principio hasta el final.
• Obra: Residencia particular de la familia Klein en Santa Fe (Nuevo México, U.S.A.)
• Arquitectos: Mark DuBois de Ohlhausen DuBois Architects (New York, U.S.A.)