El tamaño sí que importa

¿Qué se puede hacer cuando ya se es un referente mundial en la fabricación de vidrio laminado curvado y con formas de alta calidad? ¿Cuál es el siguiente paso para seguir marcando tendencia?

Hace unos meses Cricursa se enfrentó a este

dilema y, gracias a la experiencia de tres generaciones

en el sector del vidrio curvado y de una

estrecha colaboración con los principales estudios

de arquitectura a nivel mundial, encontraron la respuesta:

dar el salto a los 12 metros. Esta decisión

les ha llevado a instalar la que se ha convertido en la

primera línea de carga y corte automático conjunta

del mundo para vidrios de 12 metros diseñada y

fabricada por Turomas-Tecnocat.




De izquierda a derecha: Joan Tarrús (Director MKT Cricursa), Favio Ribero (Director Fábrica Cricursa), Alejandro Sasplugas (CEO Cricursa), Fernando Catalán (CEO Turomas-Tecnocat), Ferran Figuerola (CEO Cricursa) y Antonio Ortega (Director Financiero Turomas-Tecnocat).

De hecho, la evolución de Cricursa ha ido en

muchas ocasiones de la mano de proyectos donde

han tenido que superar una dificultad para llevar

a cabo el trabajo con éxito. Un claro ejemplo fue

un proyecto en Princetown del arquitecto Rafael

Moneo, donde Cricursa tuvo que desarrollar unos vidrios termoformados para los cuales invirtieron

medio año hasta dar con el método adecuado para

su fabricación. “Todo ese know how adquirido en

cada proyecto nos permite seguir evolucionando.

En estos momentos nos encontramos con un

proyecto que nos ha exigido una inversión extraordinaria para poder hacer vidrios de gran tamaño”,

afirma Ferran Figuerola, CEO de Cricursa.



LA HISTORIA
Los inicios de Cricursa se remontan al año 1928

en el barrio barcelonés de Gracia, cuando la primera

generación de las familias Sasplugas y Figuerola

reciben el primer encargo para la Exposición Universal

de Barcelona celebrada el año 1929, donde realizaron

los vidrios curvados de las lámparas de la Fuente

de Montjuic. Tras un periodo de colectivización de la

empresa durante la Guerra Civil, la empresa comienza

a trabajar los espejos parabólicos, retrovisores y el

escaparatismo. En los años 70 fue la empresa pionera

en España en la laminación de vidrio, tanto plano como

curvado, profesionalizando la plantilla durante los ’80,

proceso que lleva a la empresa a realizar sus primeras

exportaciones en los años 90.



Actualmente es la tercera generación de las familias

Sasplugas y Figuerola, en las personas de Alejandro

Sasplugas y Ferran Figuerola la que ha llevado

a Cricursa a crecer hasta los actuales 17.500 m2 dedicados a la innovación, en donde se aglutinan

diversos procesos como el almacenaje, carga y corte

automáticos para vidrios de 12 metros, autoclave y

hornos de curvatura recocidos, además de sistemas

de doble acristalamiento. Una plantilla de 140 personas

entre ingenieros y técnicos cualificados hacen de

la empresa un referente en su sector.



LOS CLIENTES
Cricursa ha dejado de pensar en los mercados

y países para pensar en proyectos. Han trabajado

en todos los continentes, incluso en las estaciones

que hay en el Polo Norte. A nivel de países, cabría

enumerar entre otros Australia, China, Taiwan,

Hong Kong, Emiratos Árabes, Arabia Saudi,

Qatar… y por supuesto sus mercados más habituales

históricamente como son Europa y EE UU.



El cliente tipo de Cricursa es la empresa de fachadas

que se dedica a la obra singular. Muchas de

estas empresas trabajan a nivel mundial y otras se

centran en sus mercados locales. Debido a la singularidad

de los proyectos, en muchas ocasiones hay

una fase de definición del proyecto en donde, debido

a su trayectoria histórica, participan activamente

con los estudios de arquitectura a nivel técnico y de

diseño de los edificios en todo lo relacionado con el

vidrio, realizando posteriormente muestras y comprobando

que lo diseñado es fabricable.



Cricursa ha colaborado con una larga lista de

arquitectos de fama mundial. Centrándonos tan

solo en aquellos arquitectos que han sido reconocidos

con galardones, se podría nombrar a Rafael

Moneo, Norman Foster, Zaha Hadid, Herzog

& de Meuron, Renzo Piano, Sanaa… de hecho,

han trabajado con 15 de los arquitectos que han

ganado el premio Pritzker, el equivalente al novel

de la arquitectura.

OBRAS ICÓNICAS
“Obras icónicas, muchas y cada día más. Actualmente

unas 4 ó 5 al año”, nos indica Alejando

Sasplugas. “De entre ellas, destacaría por ejemplo el

Kursaal de Rafael Moneo en San Sebastian, el Prada

en Tokyo o el 40 Bond Apartment Building en New

York de Herzog & de Meuron, la California Academy of Science de Renzo Piano, la Casa de Música en

Oporto, la Biblioteca Nacional de Qatar o el Taipei

Performing Arts Center de OMA - Rem Koolhaas,

el Monaco Yacht club de Foster and Partners, la

Bombay Sapphire Distillery en Gran Bretaña de Heatherwick

Studio o la Torre PNC Bank en Pittsburgh,

USA, de la firma Gensler”.



Esa estrecha colaboración con los arquitectos

les ha llevado a obtener reconocimientos que no

son habituales en empresas industriales, como son

el Premio Nacional de Diseño (2011) o el Premio

Europeo de Gestión del Diseño (2013) otorgado

por la Unión Europea.



ELECCIÓN DEL PROVEEDOR
Favio Ribero, Director de Fábrica de la firma,

nos habla sobre la elección del proveedor: “La

elección de Turomas-Tecnocat fue porque eran

muy ambiciosos a nivel técnico, innovadores.

Encontramos la facilidad de compartir ideas y una

gran capacidad de involucrarse en el proyecto con

la gente adecuada. A nivel técnico, para este proyecto

era la mejor opción.

Al principio del proyecto se llevaron a cabo 5 ó 6

reuniones para poder definir los tipos de vidrio que se

trabajarían con las máquinas, movimientos, tamaños

de vidrio, decapado… es decir, aproximadamente el

70% del proyecto. El 30% restante se fue definiendo

en otras 3 o 4 reuniones a medida que la máquina

se iba diseñando y comenzando la fabricación inicial

para acabar de concretar puntos menos cruciales

como los movimientos definitivos dentro de planta.

Una vez fabricadas las máquinas, hubo una fase

de pruebas en las fábricas de Turomas-Tecnocat

donde se ajustaron los parámetros del decapado,

ya que queríamos que fuera superior al resto de las

empresas para diferenciarnos en cuanto a la calidad”.






EL ALMACÉN Y CARGA AUTOMÁTICOS
Uno de los requerimientos principales de Cricursa

era conseguir una flexibilidad total en el

almacenamiento y la carga automática de vidrio sin

ningún tipo de manipulación ya que la diversidad

de formatos, las dimensiones especiales de los

mismos y la gran variedad y exclusividad de los

materiales tratados añadían un riesgo importante

de seguridad y propiciaban posibles disminuciones

de calidad al producto final.



Para conseguirlo, el cargador destaca principalmente

por su habilidad para adaptarse de forma

totalmente automática mediante cambios morfológicos

de la parrilla de ventosas a cualquier tamaño

de vidrio desde 1,8 x 2 metros hasta el máximo de

12 x 3,3 metros, permitiendo el almacenamiento

y carga de vidrios con capa bajo emisiva desde

cualquier posición.



Gracias a esta flexibilidad del cargador, el almacén

es fácilmente modificable para adaptarse a

configuraciones que permitan optimizar el espacio disponible, reconfigurarse y contener de esta

manera distintos formatos, optimizando los emplazamientos

y dimensiones de sus posiciones para

acomodarse a las necesidades cambiantes de

cada momento y proyecto.



El almacén también cuenta con un clasificador

de apertura automática que añade 21 posiciones

adicionales en una zona de máxima densidad de almacenamiento

las cuales, unidas al parque de posiciones

configurables, conforman una solución de almacenamiento

óptima para las necesidades de la empresa.



Los exigentes plazos de entrega -4 meses desde

la concepción hasta la puesta en marcha- y la

complejidad estructural que comporta un equipo

de estas características y dimensiones requirieron

de una especial dedicación por parte del departamento

de ingeniería de Turomas-Tecnocat.




LA LÍNEA DE CORTE
La línea de corte está formada por una mesa de

corte de 12 metros con sistema de carga automático

por correas y dos mesas de tronzado

independientes de 6 metros cada una con correas

capaces de funcionar de modo sincronizado.



La mesa de corte, que puede ser alimentada

automáticamente a través del cargador automático

o también mediante correas desde las mesas de

tronzado, consigue unas tolerancias de tan solo

0,5 mm en la diagonal de un vidrio de 12 metros

de longitud sin realizar ningún ajuste mecánico

gracias a la implementación de la corrección electrónica

de diagonales, trabajando a una velocidad

máxima combinada de 212 m/min con una aceleración

máxima combinada de 8.5 m/s2 a través de

sus accionamientos lineales.



El sistema incorporado de decapado y aspiración

en una sola pasada para vidrios Low-E

y con film de protección temporal (TP F), permitiendo

un ancho de decapado variable, ha

sido especialmente optimizado para las altas

demandas de calidad, sonoridad y rendimiento

de Cricursa.





La máquina dispone del sistema de corte multicabezal.

La herramienta evita al operario tener que

cambiar la rulina de corte para cada espesor de

vidrio, ajustando además las presiones y resto de

parámetros independientemente a través del hardware

específicamente dedicado para cada rulina y

tipo de hoja. Este dispositivo permite cortar con la

mejor calidad vidrios desde 0,7 mm hasta 25 mm

de espesor, ahorrando mucho tiempo y recursos

de cara al canteado en procesos posteriores. La

diferencia es especialmente apreciable en 19 y 25

mm, donde habitualmente se dan más problemas.



La mesa implementa adicionalmente los sistemas

de escuadre electrónico para corregir el paralelismo

de la hoja respecto a los ejes de corte y el

sistema automático de medida de las dimensiones

y espesor del vidrio como doble comprobación de

seguridad previa al procesado del vidrio.



Las mesas de tronzado independientes

pueden bascular simultáneamente para la evacuación

de piezas grandes desde 6 a 12 metros

o de forma separada para la evacuación de piezas

estándar.



En cuanto a la transferencia por correas, que

puede funcionar de modo sincronizado entre las

dos mesas de tronzado, la segunda mesa puede

transferir una hoja de manera automática a un centro

de mecanizado posterior mientras las hojas

cortadas son transferidas a la primera mesa para

ser evacuadas.



A la hora de tronzar, el conjunto dispone de

barras de tronzado de 12 metros capaces de

funcionar también de forma separada en cada

una de las dos mesas dependiendo del modo de

funcionamiento seleccionado o de si una de las

dos mesas se encuentra basculada.



TUROMAS -TECNOCAT, A LA VANGUARDIA DEL SECTOR

La instalación del equipo estuvo totalmente

coordinada entre el equipo de Cricursa y el de

Turomas-Tecnocat, ajustándose totalmente al

timing previsto de 4 meses –especialmente

teniendo en cuenta lo ambicioso del proyecto-.

Una vez instalada, durante las 2 semanas

siguientes se realizaron los ajustes de los diferentes

componentes y se realizó la formación

al personal.



Favio Ribero afirma que tras varios meses de

funcionamiento “la máquina ha demostrado ser un

sistema extremadamente fiable, flexible y preciso,

que permite un trabajo totalmente automático en

condiciones de seguridad. La calidad de Turomas-

Tecnocat es superior, puede competir con

cualquier máquina del mundo”.

Ferran Figuerola añade finalmente que “Turomas-

Tecnocat ha demostrado estar a la vanguardia. De

hecho, si quieres ser el líder en un mercado tienes

que rodearte de un equipo líder y, además, ser

exigente con los proveedores con los que te asocias.

Aquí Turomas-Tecnocat ha probado ser una

empresa líder en su sector y nos ayuda a nosotros

a ser mejores en lo nuestro.”

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Data de publicação: 29/03/2016