Nacido y criado en Nueva York, David Patchen tuvo durante dos
décadas la música como campo en el que concentrar sus inquietudes
artísticas, hasta que en 2001 asistió a un curso de soplado del vidrio,
momento en el que se inició su pasión por las propiedades artísticas de
este material y que ha mantenido hasta hoy gracias a una obra siempre
expresiva y colorista.
concebidas a partir de formas dominantes en cada una de ellas que
adquieren ilimitadas combinaciones cromáticas, es su capacidad para
adquirir cualquier expresión imaginable, siempre con resonancias orgánicas
y fuertes contrastes.algunos ocultos, que pese a su apariencia cambiante y llena de vida
proceden de un cuidadoso estudio y composición en los que el autor
afirma explorar varias ideas al mismo tiempo, un trabajo que combina
con mano maestra precisión y experimentación y que, una vez concluido,
da paso a la fase culminante de todo el proceso: el soplado.