Hace 35 años nacía la marca Solarcheck de la mano de José López, un joven emprendedor que consiguió introducir un producto inexistente en España, una actividad desconocida, que tuvo que lidiar con autoridades y legislaciones, formar a instaladores y buscar clientes en un mercado totalmente nuevo.
Entrevista a José López - Fundador de Solarcheck y presidente de Grupo DTI
Esta es la historia de un joven leonés de 24 años, residente en Barcelona, que viajó a Estados Unidos movido por la curiosidad de saber más sobre unas láminas adhesivas de protección solar y ahorro energético, inexistentes en España.
José López tiene actualmente 60 años y reside en Barcelona. Nacido en Ponferrada, la capital de El Bierzo, llegó a Cataluña en 1972. Debido a su carácter emprendedor, ya con 20 años creó su primera empresa dedicada a la fotografía. Actualmente es el presidente de Grupo DTI, formado por cinco empresas que operan en diferentes sectores.
¿Cuáles son los orígenes de Solarcheck y de la empresa DTI Solar Protection Solutions?
Nuestra empresa DTI Solar Protection Solutions se constituyó en Julio de 1986 bajo el nombre de Iditec. En Julio de 1988 cambiamos su denominación social por la de Distribución de Tecnología Internacional. Fue en Febrero de 2017 cuando se estableció la denominación actual, DTI Solar Protection Solutions.
Llegaste a Cataluña en 1972. ¿A qué te dedicabas antes de crear DTI?
Llegué a Cataluña con 12 años. Mis primeros años aquí estuve estudiando. Con 15 años me puse a trabajar como meritorio de oficina. Cuando cumplí 18 años me fui a trabajar a DOLMEN Ingeniería, donde estuve durante dos años más. Después de realizar el servicio militar, creé mi primera empresa dedicada a la fotografía.
¿Cómo surgió la idea de crear Solarcheck y entrar en el mercado de las láminas de protección solar y ahorro energético?
Este mercado era inexistente en España. Tuve noticias que había en Estados Unidos varios fabricantes que producían láminas adhesivas para la protección solar y el ahorro energético para ventanas, y llamó mi curiosidad. Me interesé por ello. Me pareció un producto interesante, dado la climatología de nuestro país. Entonces decidí viajar a Estados Unidos para conocer en profundidad este tipo de producto.
Tras tu viaje, ¿cuáles fueron los siguientes pasos?
Por aquel entonces yo tenía 25 años, y lo primero que había que conseguir era un proveedor fiable en cuanto a servicio y calidad de los productos. Así es como llegamos a un acuerdo con Saint-Gobain para distribuir e instalar sus productos en España, Portugal, Italia y Francia.
¿Cuáles fueron las principales dificultades con las que te encontraste?
Hubo enormes dificultades sobre todo por iniciar una actividad totalmente desconocida. No se tiene necesidad de aquello que no se conoce. No había clientes, no había instaladores, no había legislación para su uso en automóvil, etc. Se tuvo que hacer todo desde cero.
¿Un bache superado que quieras destacar?
La crisis de 1992. Habíamos hecho nuestra primera gran inversión en una nave de nuestra propiedad en El Prat de Llobregat, y en su preparación, así como en stock de materiales. Y entonces llegó una profunda crisis.
Ahora ya no tenéis la sede en El Prat de Llobregat…
No, actualmente nuestra sede está en Sant Boi de Llobregat. Nos construimos aquí una nave propia que ampliamos el pasado 2020, obteniendo más capacidad productiva y de almacenaje. También tenemos la delegación de Madrid, que se creó en 2002.
¿Cuál ha sido tu mayor aprendizaje?
Relacionado con lo comentado anteriormente, un gran aprendizaje ha sido aprender a navegar con las crisis. Ya han pasado algunas, y siempre hemos salido adelante. Durante tantos años de trabajo aprendes muchas cosas, por supuesto. Cuando tienes éxito con algo, todo el mundo te lo quiere quitar y si eres bueno en tu trabajo, no pueden. Entonces empiezan las guerras de precios y/o la venta de productos e instalaciones de baja calidad. Nosotros no hemos bajado nunca la calidad de nuestros productos, y por eso seguimos aquí. Hemos visto llegar y cerrar a muchas empresas intentando competir.
¿Cómo ha conseguido Solarcheck llegar hasta hoy después de 35 años de actividad?
La primera clave de éxito es creer en el negocio. A partir de aquí, el gran esfuerzo que realizamos para conseguir que las autoridades nos homologaran la instalación de nuestros productos. Una vez conseguido esto, fue el pistoletazo de salida para crecimientos continuos. Hicimos, también, mucha inversión publicitaria, algo en lo que creía firmemente. Estábamos en las ferias más importantes del sector. Y dábamos mucha formación a los instaladores, para poder hacer trabajos de calidad. En 2012 nos diversificamos y empezamos con la fabricación, distribución e instalación de cortina técnica y sistemas Coverglass.
¿Nos puedes contar un poco más sobre las homologaciones?
En Octubre de 1992 DTI fue la primera y única empresa en conseguir la primera autorización para instalar láminas en los vehículos, por la Generalitat de Cataluña. En Junio de 2001, el Ministerio de Industria autoriza el uso de las láminas en automóviles y en Noviembre de 2001 fuimos la primera empresa en conseguir homologaciones a nivel nacional por parte del Ministerio.
¿Naciste o te hiciste emprendedor?
Así se nace…
Si pudieras volver atrás, ¿qué cambiarías?
Todo el mundo cambiaría cosas si tuviera la oportunidad de volver atrás. Pero, en general, estoy muy satisfecho de lo que hemos conseguido, todo aquello por lo que tanto hemos luchado. Tras los nombres de marcas conocidas y empresas se encuentran grandes equipos de personas que han trabajado duro para llegar hasta donde están.